Todo fotógrafo de bodas sabe que las bodas íntimas son una forma muy especial de celebrar uno de los días más importantes de vuestras vidas, exclusivamente con las personas que queréis que estén presentes: la familia, los amigos sumamente cercanos o los de toda la vida… no hay reglas, sólo vosotros decidís quién está invitado.
En las bodas íntimas los novios soléis estar más relajados y podéis disfrutar de vuestro gran día desde el principio hasta el final, más despreocupados que en las bodas con muchos invitados.
Es por ello que el fotógrafo de bodas, en una boda íntima, debe de estar especialmente atento para no dejar pasar ninguno de los muchos momentos importantes que en ellas tienen lugar: espontaneidad, miradas cómplices, lágrimas de gozo, risas, emociones a flor de piel…
Capturar cada uno de los momentos más importantes de una boda íntima supone mirar con otros ojos y en todas las direcciones a la vez, ser capaz de captar todo lo importante, que posiblemente podría pasar desapercibido si el fotógrafo de bodas no estuviese ahí, objetivo en mano, para que eso no ocurra.
Si ya nos apasiona la fotografía de boda, fotografiar bodas íntimas siempre es para nosotros un reto aún más emocionante si cabe: poniendo nuestros cinco sentidos y el corazón para que nada se escape…
Nuestras fechas para asistir a tu boda son limitadas, ya que realizamos sólo un pequeño número de bodas al año para poder ofreceros siempre la mejor calidad y los mejores resultados en cada una de ellas.
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